Desde hace unos días se encuentra habilitada la posibilidad de tramitar la pensión de jubilación por Internet, así como las prestaciones de viudedad y orfandad. Mientras que, desde hoy, se podrán solicitar también las prestaciones por maternidad y paternidad por esta vía.
¿Por qué se emiten estas transferencias y se reconocen estos derechos?, ¿de donde sale el dinero para pagar estos conceptos?
Subvenciones y transferencias del Estado (Intervención del Estado en la Economía).
Desde hoy podemos solicitar la prestación por maternidad y paternidad por Internet. Basta con que tengamos configurado nuestro ordenador para acceder vía DNI electrónico, certificado electrónico o Cl@ve permanente.
Tanto la pensión por jubilación como las prestaciones por viudedad, orfandad, maternidad y paternidad, responden a una necesidad de la sociedad que recoge la Economía del Bienestar como derechos del ciudadano con fin de que puedan acceder a una vida digna: digamos que aseguramos ciertas circunstancias para proteger a la sociedad ante eventualidades de la vida.
El Estado de bienestar es una concepción que considera que es responsabilidad del Estado el conseguir el pleno empleo, un sistema de seguridad social que cubra la totalidad de la población, la generalización de servicios básicos de educación y sanidad para todos, y la garantía de un nivel de vida digno incluso para los mas desfavorecidos.
En dicho Estado de bienestar podemos encontrar tres tipos de beneficiarios o destinatarios:
¿Por qué se emiten estas transferencias y se reconocen estos derechos?, ¿de donde sale el dinero para pagar estos conceptos?
Subvenciones y transferencias del Estado (Intervención del Estado en la Economía).
Desde hoy podemos solicitar la prestación por maternidad y paternidad por Internet. Basta con que tengamos configurado nuestro ordenador para acceder vía DNI electrónico, certificado electrónico o Cl@ve permanente.
Tanto la pensión por jubilación como las prestaciones por viudedad, orfandad, maternidad y paternidad, responden a una necesidad de la sociedad que recoge la Economía del Bienestar como derechos del ciudadano con fin de que puedan acceder a una vida digna: digamos que aseguramos ciertas circunstancias para proteger a la sociedad ante eventualidades de la vida.
El Estado de bienestar es una concepción que considera que es responsabilidad del Estado el conseguir el pleno empleo, un sistema de seguridad social que cubra la totalidad de la población, la generalización de servicios básicos de educación y sanidad para todos, y la garantía de un nivel de vida digno incluso para los mas desfavorecidos.
En dicho Estado de bienestar podemos encontrar tres tipos de beneficiarios o destinatarios:
- En primer lugar encontramos a aquellos beneficiarios que han contribuido previamente con sus cotizaciones a la Seguridad Social durante un determinado periodo de tiempo y constituyen las prestaciones de carácter contributivo. Encontramos por tanto las pensiones por maternidad o, paternidad, la prestación por desempleo o por incapacidad laboral. En conjunto, suponen más de la mitad del gasto social, debido sobre todo al importante peso de las pensiones.
- En segundo lugar tenemos los beneficiarios universales cuyas prestaciones son de carácter universal. Aquí encontramos la sanidad, la educación y la defensa y que por norma general solo requieren que el beneficiario las solicite para poder disfrutarlas.
- Finalmente, encontramos aquellos beneficiarios que pertenecen a colectivos con pocos o ningún recurso. Son prestaciones de carácter compensatorio que inciden en la equidad dadas las funciones de asistencia social que prestan hacía los sectores mas desfavorecidos.
Para mantener el Estado de bienestar necesitamos de crecimiento económico y creación de empleo. Disponer de un puesto de trabajo garantiza mayor equidad entre la población y fortalece el Estado de bienestar. La razón la encontramos en que cada nuevo contrato de trabajo supone más ingresos para el Estado en forma de Impuestos y cotizaciones a la Seguridad Social. Un desempleado, por el contrario, supone un demandante de subsidio de paro (siempre que lo haya generado) y que no cotiza, por lo que el Estado deja de recibir un ingreso cuando una persona pierde su puesto de trabajo para convertirse en un gasto.
Por ello, el aumento de empleo es básico para el mantenimiento del Estado de bienestar. La otra clave, es la solidaridad, desde los que más pueden contribuir (aquellos que trabajan) hacia los que más lo necesitan (aquellos que se encuentran en paro, jubilados, de baja, sin recursos...). Asegurando el bienestar de los mayores afianzamos el camino de nuestra protección futura.
Todo país que desarrolle políticas que quieran garantizar el Estado de bienestar deben hacer frente a dos problemas.
- por un lado el incremento de la tasa de dependencia (cociente entre la población mayor de 65 años y la población de entre 15 y 64 años), y
- por otro, el aumento de las necesidades sanitarias por un mayor incremento de la esperanza de vida y del envejecimiento de la población.
El camino para hacer frente a estos problemas viene dibujado, desde el lado de los ingresos, por un incremento de la productividad de las personas que deben mantener a aquellas que necesitan las prestaciones a través de los impuestos que pagan, tasas de pleno empleo y crecimiento económico continuo basado en inversiones productivas.
Los especialistas en la materia sostienen dos posiciones principales: o se recaudan mas impuestos que puedan pagar las prestaciones o bien se reduce el importe de éstas, sino una combinación de ambas medidas. Para algunos es algo transitorio que, al menos en los países desarrollados, en la medida que ha cumplido sus objetivos, desaparecerá. Otros autores, en cambio, ante las crisis energéticas, la delocalización industrial, el envejecimiento de la población, las elevadas cifras de paro,... mantienen una posición menos optimista y consideran que el estado de bienestar no puede desaparecer, pues queda aún mucho por hacer, y proponen elevar la productividad de los servicios sociales y reorientar los fondos existentes hacia aquellas partidas de gastos más productivas, como la educación o la investigación.
Cerrando la entrada con la noticia del día de hoy, que la sociedad pueda hacer gestiones por Internet contribuye a incrementar la productividad de los servicios sociales. Estos trámites, de carácter administrativo, son realizadas por el interesado y se puedan destinar los recursos sobrantes del Estado a otras tareas que redunden en beneficio y provecho para la sociedad: sanidad, educación, investigación, inversiones productivas, etcétera.
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